Glucosa en el estado post-resucitación pediátrico
Nota: El control de la glucosa en sangre a 4.4 a 6.1 mmol / L (80 a 110 mg / dL) con la terapia de insulina reduce la mortalidad global en adultos gravemente enfermos en una UCI y parece proteger los sistemas nerviosos central y periférico.
Nota: El control de la glucosa en sangre a 4.4 a 6.1 mmol / L (80 a 110 mg / dL) con la terapia de insulina reduce la mortalidad global en adultos gravemente enfermos en una UCI y parece proteger los sistemas nerviosos central y periférico.
Autor(es): Derek S. Wheeler, Hector R. Wong, Thomas P. Shanley.
Enlace: medicinacriticapediatrica
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Las alteraciones de la glucosa son frecuentes en niños y adultos después de un paro cardiaco. La hiperglicemia se ha relacionado con pobre supervivencia después de un paro cardiaco. En el mismo caso se encuentran aquellos pacientes que recibieron fluidos con glucosa durante la RCP. Durante las primeras horas de un estado de resucitación es posible que exista hiperglicemia con frecuencia debido a estado de estrés, la restauración de la circulación espontánea, la liberación de glucosa por lisis del glucógeno hepático y otros fenómenos acompañantes durante este evento, por lo que en estos momentos será necesario mantener solución salina al 0.9% como líquido de mantenimiento, hasta que los niveles de glucosa disminuyan a menos de 150 mg/dL. En el momento en el que la glucosa disminuya se deberá de mantener una GKM de entre 3 – 5 mgkg minuto para mantener un adecuado metabolismo cerebral y el el resto de los tejidos dependientes de glucosa.
Algunos estudios ha demostrado mejores resultados de supervivencia asociados al control de la glucosa por debajo de 150 mg/dL.
El control de la glucosa en sangre a 4.4 a 6.1 mmol / L (80 a 110 mg / dL) con la terapia de insulina reduce la mortalidad global en adultos gravemente enfermos en una UCI y parece proteger los sistemas nerviosos central y periférico.
Los resultados de estudios en pacientes pediátricos para el control de la hiperglicemia post-resucitación con infusión de insulina en general muestran datos favorables, con una menor estancia en la UCIP, tasas más bajas de infección secundaria y menor tasa de mortalidad.
En realidad a pesar de estos resultados no existe un consenso que dosis de insulina se debe administrar, pero en general es aceptado que al menos se obtengan niveles séricos inferiores a 150 mg/dL; cuando se utiliza insulina en infusión debe recordarse que la glucosa capilar debe medirse al menos cada 2 a 4 horas, y disminuir la infusión o suspender la misma cuando la glucosa capilar sea menor de 150 mg/dL ,evitando siempre niveles séricos inferiores a 70 mg/dL. El cerebro pediátrico es más sensible que el del adulto durante la hipoglicemia, sobre todo en el marco de un estado post – resucitación, por lo que se debe evitar esta alteración.
Traducción y resumen: Blog medicinacriticapediatrica, Dr. Rafael Perez Garcia vía Emergency & Critical Care
Derek S. Wheeler, Hector R. Wong, Thomas P. Shanley. Pediatric Critical Care Medicine. Volume 1: Care of the Critically Ill or Injured Child Second Edition. Springer 2014
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