Intervienen diversas variables: "Cuantas más manos intervienen, más aumenta el riesgo de errores".
Por Andrew M.Seaman
NUEVA YORK (Reuters Health) - Un equipo no halló un aumento de la mortalidad a 30 días en los tres años posteriores al cambio de la norma que limita a 80 horas semanales el trabajo de los residentes. De hecho, se observó un descenso de la mortalidad en el cuarto y quinto año.
"Este estudio es muy bueno porque demuestra que con las modificaciones después del 2003 se redujo la mortalidad", dijo el doctor Sanjay Desai, director del programa de residencias del Hospital de Johns Hopkins University, Baltimore.
"Pero no sabemos si este resultado se debe a esos cambios o si fueron a pesar de esos cambios. Necesitamos saberlo para informar sobre este tipo de decisiones", agregó.
En 2003, la preocupación por los errores de los residentes somnolientos en los hospitales hizo que el Consejo de Acreditación de Educación Médica (ACGME, por su nombre en inglés) pusiera un límite de 80 horas semanales al horario de trabajo de los residentes.
En 2011, el ACGME volvió a limitar ese horario al imponer que los turnos de trabajo de los médicos menos experimentados no pueden superar las 16 horas.
Pero esa reducción del horario aumenta la cantidad de veces que un paciente cambia de manos. "Cada vez que eso ocurre, se pierde algo de información. Cuantas más manos intervienen, más aumenta el riesgo de errores", indicó Desai.
En Journal of General Internal Medicine, el equipo publica que las nuevas reglas no influyeron demasiado en la cantidad de pacientes que murieron inmediatamente después del cambio, pero nadie había estudiado la tasa de mortalidad hospitalaria en esos años.
El equipo del doctor Kevin Volpp, de The University of Pennsylvania, Filadelfia, utilizó la información de los hospitales de Estados Unidos antes del primer cambio del horario de trabajo (2003) y la comparó con la del período 2003-2008.
Los autores analizaron la información de unos 14 millones de pacientes de Medicare internados en un hospital por un infarto, insuficiencia cardíaca, sangrado gastrointestinal o cirugía. La mortalidad por esos trastornos no varió significativamente entre 2000 y 2003 y entre 2003 y 2006, pero la mortalidad se redujo durante 2007 y 2008.
Por ejemplo: alrededor del 17 por ciento de los pacientes con infarto murió dentro de los 30 días posteriores a la internación en 2000 y 2004, inmediatamente después de la modificación del horario, pero esa cantidad disminuyó al 14 por ciento en 2008.
Y un 10 por ciento de los pacientes con insuficiencia cardíaca murió en los 30 días posteriores a la internación en 2000 y en 2004, pero cayó al 9 por ciento en 2008.
Para Desai, los resultados son positivos, pero el estudio no prueba que la causa sea el cambio del horario. Volpp y su equipo no pudieron ser contactados.
Dado que el estudio se concentró sólo en la tasa de mortalidad hasta el 2008, Desai dijo que es difícil decir cómo se aplicaría esta información al último cambio de la duración de los turnos.
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