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domingo, 1 de junio de 2014

Recomendaciones sobre influenza en niños 

Período 2013-2014: Recomendaciones para la prevención y control de influenza en niños en la temporada 2013-2014

Pediatrics 2013;132; e1089




Introducción

La Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda la vacunación anual de influenza de la temporada, incluidos los niños y adolescentes, de 6 meses de edad y mayores durante la temporada de influenza 2013-2014. Además, se debe hacer un esfuerzo especial para vacunar a las personas en los siguientes grupos:
  • Todos los niños, incluyendo a los prematuros, de 6 meses o mayores con condiciones que aumentan el riesgo de complicaciones de la influenza (por ejemplo, niños con enfermedad crónica, como asma, diabetes mellitus, enfermedad cardíaca hemodinámicamente significativa, inmunosupresión o trastornos neurológicos y del neurodesarrollo).
  • Niños de ascendencia india americana/nativos de Alaska.
  • Todos los contactos familiares y cuidadores de:
        -niños con enfermedades de alto riesgo; y
        -niños menores de 5 años, especialmente bebés menores de 6 meses
  • Todo el personal de salud (PS)
  • Todas las mujeres embarazadas, que están considerando el embarazo, tuvieron un parto recientemente, o que están amamantando durante la temporada de influenza

Puntos claves importantes para la temporada 2013-2014 de influenza

1. Está recomendada la vacunación anual de influenza en la temporada para todas las personas, incluidos a los niños y adolescentes, de 6 meses de edad y mayores durante la temporada 2013-2014 de influenza. Es importante que los contactos hogareños y cuidadores fuera de la casa de los niños menores de 5 años, especialmente los menores de 6 meses y los niños de cualquier edad con alto riesgo de complicaciones de influenza (por ejemplo, niños con enfermedad crónica, como asma, diabetes mellitus, enfermedad cardíaca hemodinámicamente significativa, inmunosupresión, o trastornos neurológicos y del neurodesarrollo) reciban la vacuna anual de la influenza.


En Estados Unidos, más de dos tercios de los niños menores de 6 años y casi todos los niños de 6 años y mayores pasan un tiempo significativo en instituciones de cuidado infantil y centros escolares fuera del hogar. La exposición a los grupos de niños aumenta el riesgo de contraer enfermedades infecciosas. Los niños menores de 2 años tienen un riesgo aumentado de hospitalización y complicaciones atribuibles a la influenza. Los niños en edad escolar soportan una gran carga de enfermedad debido a influenza y tienen una probabilidad significativamente mayor de requerir atención médica relacionada con influenza en comparación con los adultos sanos.

Por lo tanto, la reducción en la transmisión del virus influenza entre los niños que asisten a guardería o a la escuela ha demostrado que disminuye la carga de influenza en la infancia y la transmisión de virus influenza a los contactos familiares y miembros de la comunidad de todas las edades.

2. La temporada 2012-2013 de influenza fue moderadamente severa, con un mayor porcentaje de visitas de pacientes ambulatorios por enfermedad tipo influenza, tasas más altas de hospitalización y más muertes atribuidas a neumonía e influenza en comparación con la temporada de influenza 2011-2012.


Al 10 de agosto de 2013, se reportaron 158 muertes pediátricas asociadas con influenza confirmadas por laboratorio a los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) durante la temporada de influenza 2012-2013.

Predominó en general la influenza A (H3N2), pero los virus B y, en menor medida, A (H1N1) pdm09 ( pH1N1) también fueron reportados en los Estados Unidos. Ochenta y dos de las 158 muertes se asociaron con los virus influenza B, 32 muertes se asociaron con virus influenza A (H3), y 4 muertes se asociaron con virus pH1N1. Treinta y siete muertes se asociaron con el virus de influenza A para los que el subtipo no se determinó, 1 muerte se asoció a un tipo indeterminado de influenza, y 2 muertes se asociaron con ambos virus influenza A y B.

La mayoría de las muertes de niños fueron de niños que no habían sido vacunados contra influenza. Entre los niños hospitalizados con influenza y para los cuales se disponía de datos de historias clínicas, aproximadamente el 44% no tenía ninguna enfermedad subyacente notificada, mientras que 23% tenían asma o enfermedad reactiva de las vías respiratorias. Aunque los niños con ciertas condiciones tienen un mayor riesgo de complicaciones, una proporción considerable de la morbilidad y la mortalidad se producen entre los niños sanos.

3. Ambas vacunas de la influenza trivalente y tetravalente tienen licencia y están disponibles en los Estados Unidos para la temporada 2013-2014. No se prefiere ninguna formulación de vacuna sobre la otra. La vacuna trivalente contiene un virus-like (H1N1) pdm09 A/California/7/2009 (igual que 2012-2013), un virus A/Texas/50/2012 (H3N2) (antigénicamente como el del 2012-2013), y un virus-like B/Massachusetts/2/2012 (una línea como B/Yamagata 2012-2013, pero un virus diferente).

La nueva vacuna cuadrivalente de influenza incluye un virus B adicional (B/Brisbane/60/2008 [linaje B/Victoria]). Además, 2 vacunas trivalentes de influenza fabricadas utilizando las nuevas tecnologías que no utilizan huevo también estarán disponibles durante la temporada 2013-2014: una vacuna inactivada de influenza basada en cultivos celulares (ccIIV3) y una vacuna recombinante de influenza (RIV3).

4. El número de dosis de la vacuna de influenza estacional que serán administradas en la temporada de influenza 2013-2014 depende de la edad del niño en el momento de la primera dosis y su historia de vacunación:
  • Las vacunas de la influenza no están licenciadas para ser administradas a menores de 6 meses.
  • Los niños de 9 años o mayores sólo necesitan 1 dosis.
  • Los niños de 6 meses a 8 años que reciben la vacuna de influenza estacional por primera vez deberían recibir una segunda dosis esta temporada por lo menos 4 semanas después de la primera dosis.
  • Los niños de 6 meses a 8 años de edad que recibieron vacunas de influenza estacionales antes de la temporada 2013-2014: 
    -sólo necesitan 1 dosis de la vacuna, si previamente recibieron 2 o más dosis de la vacuna de temporada desde el 1 de julio de 2010. 
    -necesitan 2 dosis de la vacuna, si no recibieron previamente 2 o más dosis de la vacuna de temporada desde el 1 de julio de 2010.
    -sólo necesitan 1 dosis de vacuna de influenza si hay clara documentación de haber recibido al menos 2 dosis de vacuna estacional de influenza de cualquier temporada anterior y al menos 1 dosis de vacuna que contiene pH1N1, lo que podría estar en 1 de las vacunas estacionales (2010-2011, 2011-2012 o 2012-2013) o como vacuna monovalente pH1N1 de 2009-2010.
La vacunación no se debe retrasar para obtener un producto específico para alguna dosis. Se puede usar cualquier vacuna trivalente o tetravalente disponible, apropiada para la edad. Un niño que recibe sólo 1 de las 2 dosis como tetravalente es probable que esté menos protegido contra el virus B adicional.

5. Los consultorios pediátricos deberían considerar servir como lugares alternativos para proveer vacunación de influenza a los padres y otros adultos que cuidan a los niños, si este enfoque es aceptable tanto para el pediatra como para el adulto que va a ser inmunizado.


Hay cuestiones importantes de responsabilidad médica y requerimientos de documentación médica que deben abordarse antes de que un pediatra comience a inmunizar adultos. Se les recuerda a los pediatras documentar la recomendación para la inmunización de adultos en la historia clínica del niño vulnerable. Además, los adultos deben ser alentados a tener un médico y comunicar su estado de inmunización a su proveedor de atención primaria.

La inmunización de los contactos estrechos de los niños con alto riesgo de complicaciones relacionadas con la influenza tiene la intención de reducir el riesgo de contagio (es decir, "capullo"). El concepto de capullo es particularmente importante para ayudar a proteger a los bebés menores de 6 meses, ya que son demasiado pequeños para ser inmunizados con la vacuna de influenza. Los niños menores de 6 meses también pueden ser protegidos mediante la vacunación de sus madres durante el embarazo con la transferencia transplacentaria de anticuerpos.


El riesgo de hospitalización asociada a influenza en niños sanos menores de 24 meses se demostró que es mayor que el riesgo de hospitalización en los grupos de alto riesgo previamente reconocidos, tales como los ancianos, durante la temporada de influenza. Los niños de 24 a 59 meses demostraron mayores tasas de consultas externas y de uso de antibióticos asociados con enfermedades similares a influenza.


6. Tan pronto como está disponible la vacuna estacional de la influenza localmente, el PS debe ser vacunado, los padres y los cuidadores deben ser notificados sobre la disponibilidad de vacunas y debe comenzar la inmunización de todos los niños de 6 meses y mayores, especialmente los niños con alto riesgo de complicaciones de la influenza.


El respaldo del PS juega un papel importante en la aceptación de la vacuna. Existe una fuerte correlación entre el respaldo del PS a la vacuna de influenza y la aceptación del paciente. El inicio inmediato de la inmunización para influenza y la continuación de la inmunización en toda la temporada de influenza, incluso si está circulando o no la influenza (o ha circulado) en la comunidad, son componentes críticos de una estrategia de inmunización efectiva. Dar la vacuna pronta y al principio de la temporada de influenza no significaría un riesgo importante de que la inmunidad disminuya antes del final de la temporada.

La vacuna estacional no es perfecta, pero sigue siendo la mejor estrategia disponible para la prevención de enfermedades por influenza. Es moderadamente efectiva para reducir el riesgo de visitas médicas externas de pacientes causadas por los virus circulantes de influenza por aproximadamente la mitad a los dos tercios en la mayoría de las personas. Incluso una vacuna de influenza moderadamente efectiva ha demostrado que reduce la enfermedad, el uso de antibióticos, las visitas al médico, el tiempo de trabajo perdido, las hospitalizaciones y muertes.


7. Los proveedores deben seguir ofreciendo las vacunas hasta la fecha de vencimiento de la vacuna porque la influenza es impredecible. Las respuestas inmunes protectoras persisten a lo largo de la temporada de influenza, que puede tener >1 pico de enfermedad y, a menudo se extiende a marzo o más tarde.


Aunque la mayor actividad de la influenza en los Estados Unidos tiende a ocurrir entre enero y marzo, la actividad de la influenza puede ocurrir a principios del otoño (es decir, octubre y noviembre) o finales de la primavera (por ejemplo, la influenza circuló la tercera semana de mayo durante la temporada 2012-2013).

Este enfoque también proporcionó una amplia oportunidad de administrar una segunda dosis de la vacuna, porque los niños <9 años requieren 2 dosis para conferir una protección óptima. Además, con los viajes internacionales tan comunes, es posible la exposición a la influenza en prácticamente todas las épocas del año.

8. El PS, los organizadores de las campañas de influenza, y las agencias de salud pública deben colaborar para desarrollar estrategias mejoradas para la planificación, la comunicación y la administración de las vacunas.
  • Plan para hacer que la vacuna estacional de influenza sea fácilmente accesible para todos los niños. Los ejemplos incluyen ampliar el horario más allá de los horarios de rutina durante los períodos pico de vacunación; administración de la vacuna influenza durante las consultas por salud o enfermedad; teniendo en cuenta cómo vacunar a los padres, los cuidadores y los hermanos en el mismo tiempo en la misma oficina que los niños; y trabajar con otras instituciones (por ejemplo, escuelas, centros de cuidado de niños y organizaciones religiosas) o en los sitios alternativos de atención, tales como departamentos de emergencia, para ampliar espacios para la administración de la vacuna. Si un niño o un adulto recibe la vacuna influenza fuera de su institución médica, como en una farmacia, debe proporcionarse la documentación de vacunación apropiada a la institución médica de cabecera.
  • Los esfuerzos concertados entre los grupos antes mencionados, además de los fabricantes de vacunas, distribuidores y pagadores, son también necesarios para priorizar la distribución adecuada a los centros de atención primaria y a las instituciones médicas centradas en el paciente antes de otros lugares, sobre todo cuando los suministros de vacunas se retrasan o limitan.
  • La seguridad de las vacunas, la eficacia y las indicaciones deben estar debidamente comunicadas al público. El PS debe actuar como modelo a seguir recibiendo en la inmunización cada año, así como recomendando las vacunas anuales a los colegas y a los pacientes. Los programas de inmunización de influenza para PS beneficia la salud de los trabajadores, sus pacientes, y los miembros de la comunidad. A partir de 2012, con carácter básico de inmunización, los Centros Medicare y Medicaid, la agencia federal de EE.UU. que administra Medicare, Medicaid, y el Programa de Seguro de Salud Infantil Estatal, comenzó viendo hospitales y algunas otras instalaciones de hospitalización para la detección de la historia de la vacunación de influenza y administrar las vacunas de influenza a todos los pacientes hospitalizados no inmunizados de 6 meses de edad o mayores entre octubre y marzo a menos que esté contraindicado o que el paciente o la familia se nieguen.
9. Los medicamentos antivirales también son importantes en el control de la influenza pero no son un sustituto de la inmunización. Los inhibidores de la neuraminidasa oseltamivir oral y el zanamivir inhalado son las únicas medicaciones antivirales rutinariamente recomendadas para la quimioprofilaxis o tratamiento de influenza en 2013-2014 durante la temporada.

Las preparaciones intravenosas de oseltamivir, zanamivir y peramivir no están actualmente aprobados por la Food and Drug Administration (FDA) y no están disponibles rutinariamente. Sin embargo, consultando con especialistas en enfermedades infecciosas, los medicamentos antivirales experimentales intravenosos podrían ser considerados para algunos niños críticamente enfermos, especialmente los que están inmunocomprometidos.
La reciente vigilancia viral y los datos de resistencia indican que la mayoría de los virus que circulan actualmente es probable que sean los virus influenza que causen influenza estacional en 2013-2014 en América del Norte y seguirán siendo sensibles al oseltamivir y zanamivir. Por el contrario, la amantadina y rimantadina no deben utilizarse porque el virus influenza A circulante mantuvo altos niveles de resistencia a estos medicamentos, y no son eficaces contra virus de influenza B.


Las características de resistencia pueden cambiar rápidamente; los pediatras deben verificar los datos de susceptibilidad al inicio de la temporada de influenza y vigilarlos durante la temporada. La información actualizada se puede encontrar en el sitio Web de la AAP (www.aap.org o www.aapredbook.org/flu), a través de sitios específicos del estado, o en el sitio web de los CDC (www.cdc.gov/flu/index.htm).


Vacunas antigripales estacionales
Durante las estaciones previas de influenza, sólo estaban disponibles vacunas de influenza trivalentes que incluían el antígeno 1 del virus influenza B. Sin embargo, desde 1985, circularon a nivel mundial 2 linajes antigénicamente distintos (es decir, Victoria o Yamagata) de los virus influenza B.


En la mayoría de los años, la vacunación contra el virus B de 1 de  los linajes confiere poca protección cruzada contra una cepa de virus B del otro linaje. Por lo tanto, las vacunas trivalentes ofrecen inmunidad limitada contra cepas circulantes de influenza B del linaje no presente en la vacuna. Por otra parte, en los últimos años, se ha demostrado que es difícil predecir consistentemente que linaje B predominará durante una temporada dada de influenza.

Por lo tanto, una vacuna cuadrivalente de influenza con las cepas de influenza B de ambos linajes puede ofrecer una mejor protección. No están disponibles aún los datos de seguridad post-comercialización y datos de eficacia de la vacuna, promoviendo un análisis de riesgo - beneficio de los nuevos productos contra los disponibles anteriormente.

Para la temporada 2013-2014, las vacunas inactivadas de influenza (VIIs) estarán disponibles para inyectar en forma intramuscular (IM) en las formulaciones trivalentes (VII3) y tetravalente (VII4). La abreviatura VII reemplazó la de VIT (vacuna inactivada trivalente de influenza) porque las vacunas inactivadas de influenza ahora contienen 3 o 4 cepas de virus. La vacuna de influenza viva y atenuada administrada en forma intranasal (VVA) estará disponible sólo en una formulación cuadrivalente (VVA4). La VII4 y VVA4 contendrá cepas idénticas de influenza que se anticipa que circularán durante la temporada de influenza 2013-2014.

Las VIIs no contienen virus vivos. Las formulaciones de VII3s ya están disponibles para el uso IM e intradérmica (ID). La formulación IM de la VII3 tiene licencia y está recomendada para niños de 6 meses y mayores y adultos, incluidas las personas con y sin enfermedades crónicas.


Los eventos adversos más comunes después de la administración de VII son dolor en el sitio de inyección y tumefacción. La fiebre puede ocurrir dentro de las 24 horas después de la inmunización en aproximadamente el 10% y el 35% de los niños menores de 2 años, pero rara vez en niños mayores y adultos. Los síntomas sistémicos leves, tales como náuseas, letargo, dolor de cabeza, mialgia y escalofríos, pueden ocurrir después de la administración de la VII3 .

Esta licenciada una formulación ID de VII3 para su uso en personas de 18 a 64 años. La administración de la vacuna ID implica una microinyección con una aguja más corta que las agujas utilizadas para la administración IM. Los efectos secundarios más comunes son enrojecimiento, induración, hinchazón, dolor y picazón, que se producen en el lugar de la administración; aunque todos los eventos adversos se producen a un rango ligeramente superior en la formulación IM de la VII3, la tasa de dolor fue similar entre la ID y la IM.


El dolor de cabeza, la mialgia y el malestar general se pueden producir y tienden a ocurrir con la misma frecuencia que con la formulación IM de VII3. No hay preferencia por la inmunización IM o ID con IIV3 en personas de 18 años o mayores. Por lo tanto, los pediatras pueden optar por utilizar el producto IM o ID en sus pacientes adultos jóvenes y adolescentes tardíos, así como para los adultos que se deban vacunar (es decir, como parte de una estrategia de capullo).

La VII4 está disponible en formulación IM pero no ID. Una formulación tiene licencia para su uso en niños a partir de los 6 meses. En los niños, las reacciones adversas más comunes en el sitio de inyección fueron dolor, enrojecimiento e hinchazón. Los eventos adversos sistémicos más comunes fueron somnolencia, irritabilidad, pérdida de apetito, fatiga, dolores musculares, dolor de cabeza, artralgia y síntomas del tracto gastrointestinal.

Estos eventos fueron reportados con una frecuencia comparable entre los participantes que recibieron las vacunas trivalentes comparables bajo licencia. La VII4 es una alternativa aceptable para otras vacunas autorizadas indicadas para personas de 6 meses o mayores, cuando lo considere conveniente y puede ofrecer mayor protección que la VII3. La cantidad de dosis relativa de VII4 que estará disponible no es segura y probablemente será limitada.

Durante las temporadas de influenza 2010-2011 y 2011-2012, aumentaron los reportes de convulsiones febriles en los Estados Unidos notificados por el Sistema de Reporte de Eventos Adversos de las Vacunas y que se asociaron con la  VII3 fabricada por un laboratorio, principalmente en niños de 12 a 23 meses (el pico de edad para las convulsiones febriles).

La vacuna más común administrada concomitantemente con la VII3 cuando se informó una convulsión febril fue la vacuna conjugada antineumocócica 13-valente (PCV13). Este informe desproporcionado de convulsiones febriles no persistió a través de la temporada de influenza más reciente  2012-2013. Sobre la base de estos datos, sigue estando recomendada la administración simultánea de VII y PCV13 para la temporada de influenza 2013- 2014 cuando se indican ambas vacunas.

La VVA4 es una vacuna tetravalente viva atenuada de influenza que se administra por vía intranasal y sustituye a la anterior formulación trivalente de VVA (VVA3). Está autorizada por la FDA para personas previamente sanas de entre 2 y 49 años. No se recomienda para las personas con antecedentes de asma, diabetes mellitus y otras condiciones médicas de alto riesgo asocia-das con un mayor riesgo de complicaciones de la influenza (ver Contraindicaciones y Precauciones).

La VVA4 tiene perfil de seguridad similar al de la VVA3. Las reacciones adversas más frecuentes reportadas en niños fueron secreción/congestión nasal, dolor de cabeza, disminución de la actividad/letargo, y dolor de garganta. La VVA no debe administrarse a personas con congestión nasal notable que pudiera impedir el suministro de vacunas.

También estarán disponibles dos vacunas trivalentes de influenza fabricadas utilizando nuevas tecnologías que no utilizan huevo para las personas mayores de 18 años durante la temporada 2013-2014: ccVII3 y vacuna recombinante de influenza (VRI3). Estos métodos de fabricación son beneficiosos, ya que se espera que permitan una escalada más rápida de producción de la vacuna cuando sea necesario, como durante una pandemia.

La ccVII3 es una vacuna inactivada de influenza basada en cultivos celulares indicada para personas mayores de 18 años, administrada como una inyección IM. La ccVII3 tiene una inmunogenicidad comparable a las vacunas licenciadas en E.E.U.U.

Aunque la ccVII3 se fabrica a partir de virus propagado en células de riñón canino Madin Darby en lugar de huevos embrionados, antes de la producción, se crea el virus de siembra utilizando las cepas de virus de referencia de la Organización Mundial de la Salud que se han cultivado en huevos. Sin embargo, la proteína del huevo no es detectable en la vacuna final, y la alergia al huevo no se menciona en el prospecto. Las contraindicaciones son similares a las de otras VIIs. Las reacciones adversas más frecuentes fueron dolor en el sitio de inyección, eritema en el lugar de la inyección, dolor de cabeza, fatiga, mialgia y malestar general.

La VRI3 es una vacuna recombinante contra la hemaglutinina. Está indicada para personas de 18 a 49 años y es administrada por inyección IM. Los efectos adversos más frecuentemente reportados fueron dolor de cabeza, mialgia y fatiga.

Con la adición de 5 vacunas de nueva licencia, es probable que más de 1 tipo o marca de vacuna pueda ser apropiada para los vacunados. Sin embargo, no hay una recomendación preferente para el uso de cualquier vacuna en influenza sobre otra. La vacunación no se debe retrasar para obtener un producto específico.

Una gran cantidad de evidencia científica demuestra que las vacunas que contienen timerosal no están asociadas con un riesgo aumentado de trastornos del espectro autista en niños. Como tal, la AAP extiende su más firme apoyo a las recomendaciones recientes de la Organización Mundial de la Salud para retener el uso de timerosal en el suministro mundial de vacunas.

Algunas personas pueden plantear inquietudes acerca de las cantidades de timerosal en vacunas VII, y en algunos estados, hay una restricción legislada sobre el uso de las vacunas que contienen timerosal. Los beneficios de la protección de los niños contra los riesgos conocidos de la influenza son claros.

Por lo tanto, los niños deben recibir cualquier formulación disponible del VII en lugar de retrasar la inmunización, mientras esperan las vacunas con contenido reducido de timerosal o las vacunas sin timerosal. Aunque algunas formulaciones de VII contienen sólo trazas de timerosal, ciertos tipos pueden obtenerse libres de timerosal. LA VVA no contiene timerosal. Los fabricantes de vacunas están entregando cantidades cada vez mayores de vacunas de influenza libres de timerosal cada año.

Vacunas contra la gripe y alergia al huevo
Casi todas la VII y VVA se producen en huevos y contienen cantidades mensurables de proteína de huevo, expresadas como la concentración de ovoalbúmina por dosis. Sin embargo, datos recientes han demostrado que la VII administrada en una dosis única, adecuada a la edad, es bien tolerada por prácticamente todos los destinatarios que tienen alergia al huevo. Ya no se recomiendan enfoques más conservadores, como una prueba cutánea o un desafío graduado de 2 pasos. No existen datos sobre la seguridad de la administración de VVA a destinatarios alérgicos al huevo .


Como medida de precaución, los pediatras deberían continuar determinando si la presunta alergia al huevo se basa en una reacción leve (es decir, urticaria sola) o grave (es decir, anafilaxia que implica cambios cardiovasculares, respiratorios y/o síntomas del tracto gastrointestinal o reacciones que requirieron el uso de epinefrina).

Los pediatras deben consultar con un especialista en alergias para niños con antecedentes de reacciones graves. La mayoría de la administración de vacunas a las personas con alergia al huevo puede suceder sin la necesidad de derivación. Los datos indican que aproximadamente el 1% de los niños tienen sensibilidad al huevo mediada por inmunoglobulina E, y de ellos, una minoría escasa tiene una alergia severa.

Los procedimientos de inmunización estándar deberían incluir la capacidad de responder a las reacciones de hipersensibilidad agudas. Por lo tanto, la vacuna influenza se debe dar a las personas con alergia al huevo con siguientes pre condiciones:
  • Deben estar fácilmente disponibles equipos apropiados de reanimación.
  • El receptor de la vacuna debe ser observado en el consultorio durante 30 minutos después de la inmunización, el tiempo de observación estándar para recibir inmunoterapia .
Los proveedores pueden considerar el uso de vacunas ccVII3 o VRI3 producidas a través de tecnologías no a base de huevo para adultos con alergia al huevo en entornos en los que estas vacunas estén disponibles y tengan la edad apropiada.

Debido a que no hay ningún umbral de seguridad conocido para el contenido de ovoalbúmina en las vacunas, ccVII3, que contiene trazas de ovoalbúmina, se debe administrar de acuerdo con las guías de otras VIIs. Por el contrario, la VRI3, que no contiene ovoalbúmina, se puede administrar a personas con alergia al huevo de cualquier gravedad que tienen de 18 a 49 años y no tiene otras contraindicaciones.

Sin embargo, la vacunación de las personas con alergia al huevo leve no debe retrasarse si no están disponibles la VRI3 o ccVII3. En su lugar, se debe utilizar cualquier VII licenciada y apropiada para su edad.




Almacenamiento de vacunas y administración

Las guías de almacenamiento y administración de la AAP ofrece recursos para prácticas para desarrollar protocolos de gestión integral de vacunas para mantener la seguridad del suministro de vacunas durante un corte de energía u otro desastre (www2.aap.org / inmunización / pediatras / pdf / DisasterPlanning.pdf ). Cualquiera de las vacunas en influenza se puede administrar en la misma consulta con todas las otras vacunas recomendadas de rutina.

Vacunas IM
La formulación IM de VII se envía y se almacena a 2°C a 8°C (35°F a 46°F). Se administra por vía intramuscular en la cara anterolateral del muslo de los lactantes y niños de corta edad y en el músculo deltoides en niños mayores y adultos. El volumen de la vacuna depende de la edad, los bebés y los niños de 6 meses a 35 meses de edad deben recibir una dosis de 0,25 ml, y todas las personas de 3 años (36 meses) y mayores deben recibir 0,5 ml/dosis.


Vacuna ID
La formulación ID de la VII también se transporta y se almacena a 2°C a 8°C (35°F-46°F). Se administra por vía intradérmica sólo a personas de 18 a 64 años, preferentemente sobre el músculo deltoides, y sólo mediante el dispositivo que se incluye en el paquete de la vacuna. La vacuna se suministra en una dosis única, con sistema de microinyección pre-llenado (0,1 ml) para adultos. El prospecto debe ser revisado para los detalles completos de la administración de este producto.


Vacuna viva atenuada (intranasal)
La formulación VVA adaptada al frío, temperatura sensible, actualmente con licencia en los Estados Unidos debe ser transportado y almacenado a 2°C a 8°C (35°F-46°F) y administrado por vía intranasal en un rociador prellenado, de un solo uso que contiene 0,2 ml de vacuna. Un clip de divisor de dosis extraíble está unido al pulverizador para administrar 0,1 ml por separado en cada fosa nasal. Después de la administración de cualquier vacuna a virus vivos, deben pasar por lo menos 4 semanas antes de que se administre otra vacuna a virus vivo.



Recomendaciones actuales

Está recomendada la vacunación contra influenza estacional para todos los niños de 6 meses o mayores. Los niños sanos mayores de 2 años pueden recibir VIIV o VVA. El foco debe centrarse en la administración de VII a todos los niños y adolescentes con problemas de salud subyacentes asociados con un mayor riesgo de complicaciones de la influenza, incluyendo los siguientes:
  • Asma u otras enfermedades pulmonares crónicas, incluyendo fibrosis quística.
  • Enfermedad cardíaca hemodinámicamente significativa.
  • Trastornos o terapia inmunosupresora.
  • Infección por VIH.
  • Anemia de células falciformes y otras hemoglobinopatías.
  • Enfermedades que requieren terapia de aspirina a largo plazo, incluyendo artritis idiopática juvenil o enfermedad de Kawasaki.
  • Disfunción renal crónica.
  • Enfermedad metabólica crónica, incluyendo diabetes mellitus.
  • Cualquier condición que puede comprometer la función o el manejo de las secreciones o puede aumentar el riesgo de aspiración, como los trastornos del neurodesarrollo, las lesiones de médula espinal, los trastornos convulsivos o las alteraciones neuromusculares.
Aunque está recomendada la vacunación universal para todas las personas mayores de 6 meses para la temporada de influenza 2013-2014, deben hacerse esfuerzos particulares de inmunización, ya sea con VII o VVA para los siguientes grupos para prevenir la transmisión de influenza a las personas en riesgo, salvo que esté contraindicado:
  • Contactos familiares y cuidadores fuera del hogar de niños menores de 5 años y en situación de riesgo de todas las edades (contactos saludables de 2 a 49 años pueden recibir VIIV o VVA).
  • Cualquier mujer que esté embarazada, esté considerando el embarazo, ha parido recientemente o está en período de lactancia durante la temporada de influenza (sólo VII). Estudios han demostrado que los bebés nacidos de mujeres vacunadas tienen mejores resultados de salud relacionados con influenza. Sin embargo, de acuerdo con encuestas de panel de Internet realizadas por los CDC, sólo el 47 % de las mujeres embarazadas reportó haber recibido una vacuna de influenza durante la temporada 2011-2012, a pesar de que tanto las mujeres embarazadas y sus bebés están en mayor riesgo de complicaciones. Además, los datos de algunos estudios sugieren que la vacunación contra influenza en el embarazo puede reducir el riesgo de parto prematuro, así como dar a luz a bebés pequeños para su edad gestacional. Las mujeres embarazadas pueden recibir con seguridad la vacuna de influenza durante cualquier trimestre.
  • Los niños y adolescentes de ascendencia amerindia/nativa de Alaska.
  • PS o voluntarios de salud. A pesar de la reciente recomendación de la AAP para la inmunización obligatoria de influenza para todo el PS, mucho PS queda sin vacunar. A partir de noviembre de 2012, el CDC estima que sólo el 62,9 % del PS recibió la vacuna estacional de la influenza. La AAP recomienda la vacunación imperativa del PS, ya que con frecuencia entran en contacto con pacientes con alto riesgo de enfermedad por influenza en sus entornos clínicos.
  • Contacto cercano con personas inmunosuprimidas.


Contraindicaciones y precauciones


Las enfermedades menores, con o sin fiebre, no son contraindicaciones para el uso de vacunas de influenza, sobre todo en niños con síntomas leves de infección de las vías respiratorias superiores o rinitis alérgica.

Niños que no deben vacunarse con VII

  • Bebés menores de 6 meses.
  • Niños que tienen una enfermedad febril moderada a severa en base del criterio clínico del médico.
Niños que NO deben vacunarse con VVA
  • Niños menores de 2 años.
  • Niños que tienen una enfermedad febril moderada a severa.
  • Niños con una congestión nasal importante que impediría notablemente la administración de la vacuna.
  • Niños con condiciones médicas crónicas, incluyendo enfermedad metabólica, diabetes mellitus, asma, otros trastornos crónicos de los sistemas pulmonar o cardiovascular, insuficiencia renal o hemoglobinopatías.
  • Niños de 2 a 4 años con antecedentes de sibilancias recurrentes o un episodio de sibilancias atendido médicamente en los últimos 12 meses debido a la posibilidad de aumento de las sibilancias después de la inmunización. En este rango de edad, muchos niños tienen una historia de sibilancias con enfermedades de las vías respiratorias y eventualmente son diagnosticados con asma. Por lo tanto, cuando se ofrece VVA a niños de 24 a 59 meses, el pediatra debe pesquisar haciendo al padre/tutor la pregunta, "¿En los últimos 12 meses, algún profesional de la salud le ha dicho que su hijo tenía sibilancias?" Si un padre responde que sí a esta pregunta, no está recomendada la VVA para el niño. Sería recomendable la VII en el niño al que no se da la VVA.
  • Niños que recibieron otras vacunas de virus vivos en las últimas 4 semanas; sin embargo, se pueden dar otras vacunas a virus vivos en el mismo día de la VVA.
  • Niños que tienen una inmunodeficiencia conocida o sospechada o que están recibiendo inmunosupresores o inmunomoduladores.
  • Niños que reciben aspirina u otros salicilatos.
  • Cualquier mujer que está embarazada o considerando el embarazo.
  • Niños con cualquier afección que pueda comprometer la función respiratoria o el manejo de las secreciones o puede incrementar el riesgo de aspiración, como los trastornos del desarrollo neurológico, las lesiones de la médula espinal, los trastornos convulsivos o las anormalidades neuromusculares.
  • Niños que toman medicamentos antivirales para influenza no deben recibir VVA hasta 48 horas después de detener el tratamiento antiviral de influenza. Si un niño recibió recientemente VVA, pero tiene una enfermedad por influenza para la cual son apropiados los agentes antivirales, estos deben administrase. Debe indicarse una reinmunización por los efectos potenciales de los medicamentos antivirales en la replicación de la VVA y la inmunogenicidad.
La VII es la vacuna de elección para cualquier persona en contacto cercano con un subconjunto de personas severamente inmunodeprimidas (por ejemplo, los individuos en un entorno protegido). La VII se prefiere sobre la VVA en contactos de personas gravemente inmunodeprimidas (es decir, en un entorno protegido), debido al riesgo teórico de infección en un contacto inmunocomprometido de una persona inmunizada con VVA.

Los datos disponibles indican un bajo riesgo de transmisión del virus en niños y adultos vacunados con VVA. El PS vacunado con VVA puede seguir trabajando en la mayoría de las unidades de un hospital, incluyendo la UCIN y salas generales de oncología, utilizando técnicas de control de infecciones estándar.


Como medida de precaución, la gente recientemente vacunada con VVA debe restringir el contacto con pacientes gravemente inmunodeprimidos (por ejemplo, receptores de trasplante de células madres hematopoyéticas durante períodos que requieren un entorno protegido) durante 7 días después de la vacunación, aunque no se han registrado casos de transmisión de VVA de una persona vacunada a una persona inmunodeficiente. En el escenario teórico en el que se desarrolle una infección sintomática VVA en un huésped inmunodeficiente, se podría prescribir oseltamivir o zanamivir ya que las cepas de VVA son susceptibles a estos medicamentos antivirales.

Vigilancia


La información acerca de la vigilancia de influenza está disponible a través del sistema de información de voz CDC (actualización de influenza, 888-232-3228) o al www.cdc.gov/flu/ index.htm. Aunque los datos actuales de la temporada de influenza sobre las cepas circulantes no necesariamente predicen qué cepas y en qué proporción circularán en la temporada siguiente, es instructivo estar al tanto de los datos de vigilancia de influenza 2012-2013 y utilizarlos como una terapia empírica hasta que se disponga de los datos de la temporada actuales del CDC. La información es publicada semanalmente en la página web de los CDC (www.cdc.Gov/flu/semanal/ fluactivity.htm).

Implementación de vacunas

Estas recomendaciones actualizadas para la prevención y el control de influenza en niños tendrán efectos operacionales y fiscales considerables en la práctica pediátrica. Por lo tanto, la AAP desarrolló una guía de implementación en el suministro, el pago, la codificación y las cuestiones de responsabilidad; estos documentos pueden consultarse en www.aapredbook.org/implementation.

Además, la Asociación de la AAP para la Implementación de políticas desarrolló una serie de definiciones utilizando normas de tecnología de información sanitaria aceptadas para ayudar en la aplicación de esta norma en los sistemas informáticos y los esfuerzos de medición de la calidad. Este documento está disponible en www2.aap.org/informatics/PPI.html.

Uso de medicamentos antivirales

El oseltamivir sigue siendo el fármaco antiviral de elección para el tratamiento de las infecciones por influenza. El zanamivir es una alternativa aceptable, pero es más difícil de administrar. Puede emerger la resistencia antiviral rápidamente de una temporada a otra. Si los datos de vigilancia local o nacional indican un predominio de una cepa particular, con un perfil conocido de susceptibilidad antiviral, entonces el tratamiento empírico puede ser dirigido hacia esa cepa.


Por ejemplo, entre 2123 virus influenza A (H3N2) evaluados, se encontró que 1 (0,05%) era resistente a oseltamivir solo y 1 (0,05%), era resistente al oseltamivir y al zanamivir. Entre los 542 virus pH1N1 estudiados para resistencia al oseltamivir, 2 (0,4%) fueron resistentes , y todos los 258 virus estudiados para resistencia al zanamivir fueron sensibles. Por el contrario, existen altos niveles de resistencia a la amantadina y la rimantadina, por lo que estos medicamentos no se deben utilizar en la próxima temporada a menos que cambien significativamente los patrones de resistencia.
  • Las guías actuales de tratamiento para la medicación antiviral son aplicables tanto a los bebés y a los niños con sospecha de influenza cuando circulan cepas de virus conocidos en la comunidad o cuando se confirma que los bebés o los niños tienen influenza estacional.
  • El oseltamivir está disponible en cápsulas y en suspensión oral. La formulación líquida fabricada comercialmente tiene una concentración de 6 mg/ml. Si bien la suspensión oral fabricada comercialmente no está disponible, la cápsula puede abrirse y el contenido se mezcla con jarabe simple o edulcorante, en las farmacias para obtener una concentración final de 6 mg/ml.
  • La monitorización continua de la epidemiología, el cambio en la gravedad, y los patrones de resistencia de las cepas influenza puede dar lugar a una nueva orientación.
El tratamiento se debe ofrecer en los siguientes:
  •   Cualquier niño hospitalizado con presunción de influenza o con enfermedad grave, complicada o progresiva atribuible a influenza, independientemente del estado de vacunación de influenza.
  • Infección por influenza de cualquier gravedad en niños con alto riesgo de complicaciones de la infección por influenza.
El tratamiento se debe considerar en los siguientes:
  • Cualquier niño de otra manera sano con infección por influenza para quien se justifica por su pediatra una disminución de la duración de los síntomas clínicos: el mayor impacto en el resultado se producirá si el tratamiento puede ser iniciado dentro de las 48 horas del inicio de la enfermedad.
Las revisiones de los estudios disponibles por parte del CDC, la Organización Mundial de la Salud, y los investigadores independientes han encontrado consistentemente que el tratamiento oportuno con oseltamivir puede reducir los riesgos de complicaciones, incluyendo los que resultan en hospitalización y muerte. Aunque una revisión Cochrane de 2012 sugirió que el oseltamivir puede no ser efectivo en la prevención de complicaciones y hospitalizaciones por influenza, sus autores indicaron correctamente que los datos revisados no siempre estaban completos, se analizaron en una variedad de poblaciones tratadas, y se utiliza un número de diseños de ensayos clínicos. 

En cualquier caso, el tratamiento con oseltamivir en niños con enfermedad grave, complicada o progresiva por influenza, independientemente de su estado de inmunización para influenza y/o si la enfermedad comenzó >48 horas antes de la admisión, sigue siendo recomendable. El tratamiento temprano ofrece óptimas respuestas clínicas. Sin embargo, el tratamiento después de 48 horas de los síntomas en adultos y niños con enfermedad moderada a grave o con enfermedad progresiva ha demostrado que proporciona algún beneficio y debe considerarse seriamente.

Los niños menores de 2 años tienen un mayor riesgo de hospitalización y de complicaciones atribuibles a influenza. La FDA recientemente licenció el oseltamivir en menores de 2 semanas de edad. Dada su conocido perfil de seguridad, el oseltamivir se puede utilizar para tratar bebés de término y prematuros desde el nacimiento.

El juicio clínico (en base de las condiciones subyacentes, la gravedad de la enfermedad, el tiempo desde el inicio de los síntomas y la actividad local de la influenza) es un factor importante en las decisiones de tratamiento para los pacientes pediátricos que presentan una enfermedad tipo influenza. El tratamiento antiviral debe iniciarse tan pronto como sea posible después de la aparición de la enfermedad y no debe demorarse a la espera de un resultado definitivo de la prueba de influenza. 

Las pruebas rápidas de antígenos disponibles en la actualidad tienen baja sensibilidad, en particular para la cepa del virus pH1N, y no deben utilizarse para excluir la infección por influenza. A pesar de que los resultados negativos de las pruebas rápidas de antígenos no deberían utilizarse para hacer el tratamiento o tomar decisiones de control de infecciones, los resultados positivos son útiles, ya que pueden reducir las pruebas adicionales para determinar la causa de la enfermedad tipo influenza del niño.

Las técnicas de diagnóstico molecular basadas en el ácido nucleico (por ejemplo, la reacción en cadena de la polimerasa) están más ampliamente disponibles y tienen mayor sensibilidad que las pruebas de antígenos para la infección por influenza.

Las personas con sospecha de influenza que presentan una enfermedad febril sin complicaciones por lo general no requieren tratamiento con medicamentos antivirales a menos que estén en mayor riesgo de complicaciones por influenza (por ejemplo, los niños con enfermedades crónicas, como el asma, la diabetes mellitus,  enfermedad cardíaca con compromiso hemodinámico, inmunosupresión, o trastornos neurológicos o del neurodesarrollo), especialmente en situaciones de disponibilidad limitada de medicación antiviral. Si hubiera escasez de medicamentos antivirales, las autoridades de salud pública local proporcionarán una guía adicional acerca de las pruebas y el tratamiento.

Los estudios aleatorios controlados con placebo mostraron que el oseltamivir y el zanamivir son eficaces ante dicha problemática cuando se administra como quimioprofilaxis a los contactos hogareños después de que un miembro de la familia tenía un laboratorio confirmado de influenza.

Durante la pandemia de 2009, se observó la aparición de resistencia al oseltamivir entre las personas que recibieron profilaxis posterior a la exposición. Las decisiones sobre si se debe administrar antivirales como quimioprofilaxis deben tener en cuenta el riesgo de complicaciones por influenza, el estado de vacunación, el tipo y la duración del contacto, las recomendaciones de las autoridades locales o de salud públicas, y el juicio clínico. En forma óptima, la quimioprofilaxis postexposición sólo debe utilizarse cuando los agentes antivirales pueden iniciarse dentro de las 48 horas de la exposición. El tratamiento temprano de los pacientes de alto riesgo sin esperar la confirmación de laboratorio es una estrategia alternativa.

Aunque la inmunización es el enfoque preferido para la prevención de la infección, a quimioprofilaxis durante un brote de influenza, como lo define el CDC, está recomendado:
  • Para los niños con alto riesgo de complicaciones por influenza para quienes está contraindicada la vacuna.
  • Para los niños con alto riesgo durante las 2 semanas después de la inmunización para influenza.
  • Para los miembros de la familia o PS no inmunizados y es probable que tengan en curso, una exposición cercana a
                    - niños no vacunados de alto riesgo; o
                    - bebés y niños menores de 24 meses no vacunados.
  • Para el control de los brotes de influenza para el personal no vacunado y los niños en un marco institucional cerrado con niños de alto riesgo (por ejemplo, centros de convalecencia).
  • Como complemento a la inmunización en niños de alto riesgo, incluyendo niños inmunocomprometidos y que no responden a la vacuna.
  • Como profilaxis posterior a la exposición para los familiares y los contactos estrechos de una persona infectada si esas personas están en alto riesgo de complicaciones por influenza.
  • Para los niños de alto riesgo y sus familiares y contactos estrechos, así como PS, cuando circulan cepas de virus influenza en la comunidad que no se corresponden con las cepas vacunales de la temporada de influenza, en base a los datos actuales de los departamentos de salud locales y los CDC.
Estas recomendaciones se aplican a circunstancias rutinarias, pero hay que señalar que la orientación puede cambiar en función de las recomendaciones actualizadas de los CDC en conjunto con la disponibilidad de antivirales, los recursos locales, el juicio clínico, las recomendaciones de las autoridades sanitarias locales o de salud pública, el riesgo de complicaciones de influenza, el tipo y la duración del contacto de la exposición, y el cambio en la epidemiología o la gravedad de la influenza. La quimioprofilaxis no se recomienda para niños menores de 3 meses, a menos que la situación se considere crítica, debido a los datos limitados de seguridad y eficacia de este grupo de edad.

La quimioprofilaxis no debe considerarse como un sustituto de la inmunización.
La vacuna de la influenza se debería ofrecer siempre que no esté contraindicada, incluso cuando el virus influenza está circulando en la comunidad. Los medicamentos antivirales actualmente autorizados son adjuntos importantes de la vacunación para influenza para el control y prevención de la enfermedad por influenza, pero hay toxicidades asociadas con los agentes antivirales, y el uso indiscriminado podría limitar la disponibilidad. Los pediatras deben informar a los destinatarios que la quimioprofilaxis antiviral que el riesgo de influenza es menor pero se mantiene mientras esté tomando el medicamento y la susceptibilidad a la influenza regresa cuando se suspende la medicación. 

Necesidades futuras


En la actualidad, dentro de las indicaciones y recomendaciones aprobadas, no se hace ninguna recomendación preferencial para cualquier tipo o marca de vacuna de influenza sobre otro. Esto es en parte debido a que el suministro de nuevas vacunas puede ser limitado durante la temporada 2013-2014 Por otra parte, la seguridad post-comercialización y datos de eficacia de la vacuna aún no están disponibles, imposibilitando un análisis  completo riesgo-beneficio de los nuevos productos contra los disponibles anteriormente. Sin embargo, se llevarán a cabo este tipo de análisis a medida que se disponga de los datos y, en el futuro, se recomendarán preferentemente  vacunas específicas para determinados grupos.

Una gran evidencia indica que incluso los niños con severas reacciones alérgicas (anafilácticas) a la ingestión de huevos toleran la VII en una dosis única adecuada a la edad. La revisión de datos del Sistema de Reporte de Eventos Adversos de Vacunas después de las nuevas Guías del Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización que recomiendan la vacuna de influenza para los alérgicos al huevo no indicó informes desproporcionados de alergia o anafilaxia.

Los estudios también están examinando la seguridad de VVA en receptores alérgicos al huevo. Si, como se espera, los controles adicionales de seguridad siguen mostrando que no hay aumento del riesgo de reacciones anafilácticas en receptores de la vacuna de influenza alérgicos al huevo, no se seguirán recomendando precauciones especiales con respecto a la referencia de alergia y períodos de espera después de la administración a los destinatarios alérgicos al huevo más allá de las recomendadas para cualquier vacuna.

Se deben hacer esfuerzos para crear adecuada divulgación e infraestructura para garantizar una distribución óptima de la vacuna para que más personas estén inmunizadas. Los pediatras también deben participar más en la preparación o en los esfuerzos de planificación de desastres para una pandemia. Un diálogo bidireccional entre los pediatras y los tomadores de decisiones de salud pública garantiza que los problemas de los niños se aborden en el estado inicial, regional, y las etapas de desarrollo del plan local.

La atención de salud de los niños debe ser proporcionada en el centro médico del niño. Sin embargo, los centros médicos pueden tener una capacidad limitada para adaptarse a todos los pacientes (y sus familias) que buscan la vacunación para influenza. Debido a la mayor demanda de inmunización durante cada temporada de influenza, la AAP y el CDC recomiendan la administración de la vacuna en cualquier visita al centro médico durante la temporada de influenza cuando no está contraindicada, lugares especiales donde "sólo se vacuna", y mediante la cooperación con los sitios de la comunidad, las escuelas y centros de cuidado de niños para proveer de vacunas de influenza.


Si se utilizan espacios alternativos, incluyendo farmacias y otras clínicas en establecimientos minoristas, es beneficioso un sistema de transferencia de archivo de historias clínicas para asegurar el mantenimiento de registros de vacunación precisos. Deben utilizarse los sistemas de información de inmunización siempre que sea posible. El uso de códigos de barras bidimensionales puede ayudar a facilitar una documentación más eficiente y precisa de la administración de vacunas.

Múltiples barreras parecen tener un impacto sobre la cobertura de vacunación de influenza para los niños en hogares de guarda, niños refugiados e inmigrantes, y niños sin hogar. El acceso a los temas de atención, la falta de registros de vacunación, y preguntas con respecto a quién puede dar su consentimiento pueden ser tratados mediante la vinculación de los niños con un centro médico, utilizando todos los encuentros con el sistema de salud como oportunidades de vacunación y más consistentemente utilizando los datos del registro de inmunización.

Continúa preocupando la costo-efectividad y la logística de viabilidad de vacunar a todo el mundo. Con la vacunación universal, se está prestando especial atención al suministro de vacunas, la distribución, la aplicación y el financiamiento. Los beneficios potenciales de la inmunización más extendida entre los receptores, sus contactos y la comunidad incluyen menos casos de influenza, menos visitas ambulatorias y hospitalizaciones por infección por influenza, y una disminución en el uso de agentes antimicrobianos, el ausentismo escolar, y la pérdida de tiempo de trabajo de los padres. Para administrar de manera óptima la terapia antiviral en pacientes hospitalizados con influenza que no pueden tolerar los agentes antivirales orales o inhalados, la FDA aprobó los inhibidores de la neuraminidasa intravenosos para los niños si son necesarios.

Es importante la evaluación continua de la seguridad, inmunogenicidad y eficacia de la vacuna de influenza, especialmente para los niños menores de 2 años. El papel potencial de la vacuna anterior de influenza sobre la eficacia general de la vacuna por cepa de virus y edad del sujeto en la prevención de las consultas médicas externas, hospitalizaciones y muertes continúa siendo explorado.


También es necesaria una investigación más sistemática de los servicios de salud sobre la aplicación y la negativa a la aplicación de la vacuna de influenza, así como la identificación de métodos para mejorar la adherencia. Además, es esencial el desarrollo de una vacuna inmunogénica y segura para los bebés menores de 6 meses. Hasta que esa vacuna esté disponible para los bebés menores de 6 meses, la mejor manera de protegerlos es la vacunación de sus madres durante el embarazo.

También se recomienda la lactancia materna para proteger contra el virus influenza mediante la activación de los mecanismos antivirales innatos, específicamente los interferones tipo 1. La vacunación anual obligatoria de influenza de todo el PS se ha aplicado con éxito a un número cada vez mayor de instituciones pediátricas. Los esfuerzos futuros deberían incluir la aplicación más amplia de programas de vacunación obligatoria. La prevención óptima de influenza en el ámbito de la atención de salud depende de la vacunación de al menos el 90% de los PSs.

Se necesitan estudios adicionales para investigar la extensión de la oferta de inmunizar a los padres y a los cuidadores de niños en el consultorio pediátrico; el nivel de satisfacción del contacto familiar con esta práctica; como las prácticas manejan la logística, la responsabilidad, legal y las barreras financieras que limitan o complican este servicio; y, lo más importante, cómo esta práctica afecta a las tasas de enfermedad en niños y adultos.

Además, se demostró que los adyuvantes aumentan la respuesta inmune de las vacunas de influenza, pero ciertos adyuvantes se asociaron con el desarrollo de narcolepsia en algunos estudios. Se necesitan estudios adicionales sobre la eficacia y la seguridad de las vacunas de influenza que contienen adyuvantes. Por último, como se mencionó anteriormente, continúan los esfuerzos para mejorar el proceso de desarrollo de vacunas para permitir un intervalo más corto entre la identificación de las cepas de la vacuna y la producción de la vacuna.

Comentario: La enfermedad por influenza es una importante causa de morbilidad en la infancia, tanto en niños previamente sanos como en aquellos con enfermedades subyacentes.  El presente artículo destaca la importancia de establecer estrategias en los diferentes niveles de atención para lograr una mayor cobertura de inmunización en la población con indicación de vacuna, ofrecer un adecuado y precoz tratamiento antiviral si es necesario y una vigilancia epidemiológica eficiente para establecer políticas a corto y largo plazo.  

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